Enfermedades psicosomáticas (Primera Parte)

El papel de las emociones en la salud

Del mismo modo que estar enfermo incide en nuestro humor, los estados de ánimo influyen en la salud. La medicina psicosomática está investigando las relaciones entre los órganos, el carácter y los sentimientos.

Nuestro organismo está capacitado para hacer frente a las situaciones más diversas, tanto a nivel físico como psicológico. Podemos adaptarnos relativamente, al frío y al calor, a la alegría y a la tristeza. El cuerpo tiende a mantener sus constantes vitales, respiración, temperatura, niveles bioquímicos sangre… Incluso en circunstancias adversas. Este normal equilibrio de las funciones orgánicas se llama homeostasis y es sinónimo de salud. Pero en ocasiones esta regulación básica se ve alterada y entonces se manifiestan los síntomas de un desequilibrio: es lo que llamamos enfermedad.

La enfermedad puede suceder porque los estímulos nocivos que recibimos son demasiado fuertes o duran demasiado, o porque un desequilibrio previo nos hace vulnerables a lo que otras personas o a nosotros mismos en distintas circunstancias toleramos adecuadamente.

Y cuando hablamos de estímulos nocivos nos referimos también a las malas noticias o a un ritmo de vida demasiado apresurado. Que el estado de ánimo repercute en el organismo, para bien o para mal, es obvio para cualquier espectador profano, pero esta relación comienza a ser seriamente investigada por los científicos desde diversos ángulos. La disciplina de la psiconeuroinmunología, que estudia la relación entre el cerebro y el sistema inmunitario, ha descubierto que los linfocitos y las neuronas dialogan en términos bioquímicos, a fin de defendernos  de ataques Exteriores. Lo que ya se sabía empíricamente ,por ejemplo que entre 2 pacientes intervenidos por la misma enfermedad se recupera antes el que tiene mejor predisposición anímica, tiene ahora una posible explicación. Lo mismo que el hecho de que la víspera de Reyes registre una menor afluencia de pequeños pacientes a las consultas médicas y a los servicios de urgencias. La alegría y la ilusión aumenta las defensas.

Consecuencias del estrés

Otra importante conexión entre la tensión nerviosa excesiva y la enfermedad es el estrés, palabra que nos viene del inglés y que expresa una realidad vivida por muchas personas en la actualidad. Una definición sencilla del estrés podría ser: tensión física, emocional o mental que sufre el organismo. No es una enfermedad, pero puede acarrear consecuencias patológicas. Lo cierto es que no podemos vivir sin estrés, porque tiene un aspecto positivo y en parte es consustancial a la actividad humana. No es en sí una condición patológica, sino una acción fisiológica útil. Hay un tipo de estrés que se origina cuando nos alegramos y entusiasmos: es el entusiasmo o estrés positivo,  que libera energía y aumenta el rendimiento. El organismo reacciona a través del sistema neuroendocrino, pero tras esa necesaria respuesta, el cuerpo retorna a su estado de equilibrio, homeostasis. Pero cuando los agentes estresantes actúan con un particular intensidad y prolongadamente el organismo no retorna como antes a un equilibrio inicial. Este estrés negativo puede originarse cuando la presión laboral es demasiado intensa o cuando nos acongojan problemas personales esto puede llevarnos a la angustia o frustración, hasta perjudicar nuestra salud

El estrés es ciertamente uno de los grandes problemas de nuestra sociedad postindustrial. pero está claro que tensiones las han habido en todas las épocas de la humanidad. Por otra parte coma estas tensiones nacen con nosotros mismos. Se habla, en efecto, del parto como un momento de estrés, sin olvidar que las reacciones emocionales se manifiestan ya en las primeras fases preconceptuales del desarrollo del niño. Éste responde a una serie de estímulos, agradables o desagradables, mediante reacciones de comportamiento llanto-risa o fisiológicas estimulación simpática o parasimpática del sistema neurovegetativoBibliografía: Revista Integral Nº246 año 2000. Texto Dr. Daniel Bonet

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